Pablo es uno de mis alumnos en la escuela infantil. Es un niño despierto, inteligente, nervioso y muy travieso que tiene enamorado a todo el equipo docente. Hace unas semanas, al escribir los números en la pizarra, me fijé en que el niño achinaba los ojos instintivamente e informé a sus padres de inmediato. Cuando un niño (o adulto) achina los ojos para ver algo que se encuentra a cierta distancia, probablemente sufra de miopía o hipermetropía. Ver mal puede traerte problemas en la escuela e incluso caídas tontas, aunque no es mi caso, yo me caigo porque lo mío viene de fábrica. Hay quien me llama patosa o atarantada pero yo creo que lo mío es cuestión de despiste y lo puedo demostrar.
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