Mi paladar es de pueblo ¡Y viva el pueblo!
No sé si os habrá pasado alguna vez pero yo ya he tenido la oportunidad de tener este sentimiento varias veces. Literalmente es un sentimiento que te obliga a debatirte entre decir la verdad y quedar como una pardilla de barrio o mentir como bellaca y quedar divinamente. Normalmente seleccionar la segunda opción suele ser la más acertada pero yo