Me encantan las bodas. Sé que siempre conllevan un gasto de dinero que no viene bien, a mí tampoco, pero es que me encantan, no puedo evitarlo. Eso de llegar allí, toda peripuesta, maquillada, peinada y luciendo tus mejores galas, es algo que me encanta. Luego siempre te encuentras con familiares y amigos y empiezas con las cervecitas, el vinito, la cena o comida, el postre... es como una reunión pero a lo grande. Eso sí, a las madres les gustan las bodas por la ñoñería y el romanticismo, y a mí por la fiesta y el banquete.
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