El día que decidí irme de excursión a un viñedo.

Un día que estaba inmerso en mis pensamientos, intentando olvidarme de todo el estrés laboral que sentía, me vino a la mente un paseo repleto de naturaleza, tomando un buen vino en una bonita viña: había algo romántico en la idea de perderme entre las hileras interminables de vides, sintiendo el aroma de la tierra y el susurro del viento

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