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De “enchantress” voy a ir en Halloween

Nunca he destacado en manualidades porque siempre había alguien que hacía todo mejor que yo, pero tampoco era mala del todo, a veces me salían auténticas obras de arte para alguien que solo es aficionada a algo, y encima lo practica solo muy de vez en cuando. Esto me lleva a pensar que hay alguna especie de software en mi cabeza que activó mi lado creativo con esas manualidades al tiempo que desactivó a mis dedos para coger cualquier producto de maquilla, porque si no, no tiene ningún sentido para mí.

La teoría dice que si tienes cierta gracia dibujando, pintando e incluso creando cosas de la nada siguiendo unas meras instrucciones, lo normal que es que, cómo mínimo, puedas maquillarte de manera decente ¿no? Pues nada más lejos de la realidad, al menos en lo que concierne a mi cerebro, que entiendo que es el que da las instrucciones a mis manos para que se muevan en una u otra dirección.

Para que os hagáis una idea, dejar que yo os haga línea negra del ojo con eyeliner, o el típico lápiz negro de maquillaje, es como permitir que una persona con párkinson os saque una astilla del dedo. Aterrador ¿verdad?

Cuando cojo algo de maquillaje, toda la templanza que tengo para el resto de actividades se escapa entre mis dejos, y mi mano empieza a temblar como loca haciendo que el eyeliner se esparza por todo el párpado en forma desigual. De hecho, tengo suerte las veces que lo he intentado y no he acabado tintándome el blanco del ojo de paso.

Dicho esto, la idea de maquillarme par aun concurso de disfraces de Halloween me parece una auténtica absurdez, pero una línea de productos de cosmética ha preparado un concurso aquí, en mi ciudad, para participar en grupo el día 31 de octubre y mis amigos, que son todos muy convincentes, acabaron por conseguir que aceptara el reto, ya que sin mí no formaban el grupo de 5 que necesitaban para participar.

Tengo mucho miedo

Antes de nada he de aclarar que yo cuando me pongo, me pongo, y por eso no me tembló el pulso al solicitar un curso de maquillaje online en allmake-up.com. He de decir que están muy bien montados porque se pueden ver vídeos en directo donde te explican técnicas de maquillaje muy interesantes. ¿Lo malo? Pues lo malo es que mi “gracia” para maquillar, por muchos vídeos que vea, sigue siendo la misma.

Decidimos, por unanimidad, que nos disfrazaríamos de  algunos de los personajes de “Escuadrón Suicida” y a mí me tocó “enchantress” que es una supervillana de DC Comics cuyo físico voy a intentar explicaros: cogemos el pelo de la niña de “The Ring”, Samara, nos ponemos una luna al revés en la cabeza, nos maquillamos la cara como si no hubiéramos dormido en tres años, luego nos llenamos de tatuajes feos y maquiavélicos y, por último le ponemos una ropa que no es ropa, es más bien un sujetador tipo Xena, la princesa guerrera, y una falda de zíngara pero en negro y algo mugrienta.

Visto lo visto habría preferido ir de Joker.

El caso es que se eligió ese personaje para mí porque es el más fácil de maquillar y, aún así, toda mi práctica con los cursos online y toda mi concentración en los ensayos ha sido nefasta. Estamos a semana y media antes del día “D”, y hoy por hoy, cuando me maquillo, parezco más bien una pobre loca con los ojos morados de haberme metido en una pelea dentro del psiquiátrico en el que resido. ¡Ah! Y una cochina que no se lava también, porque la peluca esta que me han puesto a lo “Samara” parece una especie de nido de pelo largo cuya propietaria no se ha lavado en, como mínimo, siete años.

Dicho esto, tengo miedo de que alguien confunda mi disfraz con el de alguna de las internas que aparecían en la segunda temporada de “American Horror Hystory”, que creo que se llamaba “Asylum”, porque la realidad es que me parezco más a esos personajes que a la “Enchantress” esa de DC Comics. Y, aunque imagino que un personaje de esa seria también valdría como disfraz terrorífico, la realidad es que muy poco tendría que ver con el conjunto de “Escuadrón Suicida” e imagino que quedaríamos descalificados nada más poner un pie en el puñetero escenario.

¡Ah! Que no los lo había dicho…. Pues sí, tengo que subir a un escenario para enseñar mi disfraz junto a mis compis de batalla, pero lo mejor es que tenemos que hacerlo con la “actitud” del personaje, con su rol, y teniendo en cuenta lo mala actriz que soy, ahora ya, sí que sí, me llevan caminito al psiquiátrico de Estado, no sin antes haber hecho bien el ridículo, claro está.

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