El fútbol es cosa de chicas

La lucha de las mujeres contra una sociedad machista va por el buen camino. Poco a poco se están rompiendo muchos muros que hace años parecían infranqueables. Es cierto que ojalá se pudiera ir más rápido, pero hay que entender que son muchos años donde las mujeres hemos estado a la sombra. Por eso, ahora es el momento de hacernos visibles. Nosotras somos fuertes, somos inteligentes y trabajadoras, por eso, acabaremos siendo lo que queramos.

Una de las barreras que mejor estamos derribando es la del deporte. Es cierto que todavía los grandes titulares en los periódicos, las retrasmisiones más vistas y las horas de radio son para los hombres. Pero nadie podría pensar que en un campo de fútbol se podrían reunir más de 60.000 personas para ver un partido de fútbol femenino. Tampoco nadie podría pensar que el futfem sería portada del mayor periódico deportivo de tirada nacional. Sin prisa, pero sin pausa. Así es la lucha para hacernos visibles en el mundo del deporte. Y el fútbol puede ser el mejor espejo. Por eso, ahora hay que decir más fuerte que nunca que el “fútbol es cosa de chicas”.

Romper estereotipos

El otro día volví a ver unos capítulos de la mítica serie Campeones. Sí, esa de Benji Prays y Oliver Haton. Pues bien, es una pena la imagen que se reflejaba sobre la mujer. Es cierto que la serie japonesa nació a finales de los años 80, pero es un espejo de lo que se vivía. Algunos ejemplos que podemos ver es cómo las chicas están todo el día animando en la grada y, por supuesto, se las cae la baba cuando tienen que ver a los futbolistas. Otra imagen vemos como las chicas salen corriendo y llorando cuando los jugadores abandonan la ciudad para irse a jugar a otro país. Y para rematar, se escuchan frases del tipo “el fútbol es un deporte de hombres”. Odiamos esa frase. “Parecen damiselas”, cuando un futbolista lanzaba a puerta de manera floja. Esa es la herencia recibida. Por eso, no me extraña que estas series se hayan dejado de emitir.

 Logros del fútbol femenino

Creo que todavía existe el estereotipo de que el fútbol femenino no es tan emocionante como el masculino. Eso supongo que será porque no han visto ningún partido. Siempre ha sido frustrante ver la diferencia entre los juegos masculinos y femeninos, independientemente de la cantidad de jugadores increíbles que teníamos en nuestro equipo. Siempre fue una batalla conseguir el mismo tratamiento que los hombres, ya fueran camisetas nuevos o equipación de calentamiento, comidas antes de los juegos, masajes, fisioterapeutas, lo que sea. Siempre nos trataron de menos. Pero eso va cambiando, y ahora todos somos iguales. O al menos vamos camino de ello.

El material deportivo que ahora podemos encontrar en el mercado también ha dado un salto de calidad. Antes era imposible encontrar camisetas para mujeres o material de entrenamiento. En el caso de las botas de fútbol también era complicado, pero gracias a páginas webs como Marians Sport puedes tener las mejores botas, incluso las de Messi o Neymar. Aunque ya no se necesitan esos íconos, el fútbol femenino ya tiene sus propias estrellas y estas se llaman Alex Morgan, Megan Rapinoe, la brasileña Marta o la española Jenni Hermoso.

Ahora bien, donde hay una batalla perdida es en los sueldos. Pero es cierto que es un debate complicado. Siempre están los que dicen que el futbol femenino no genera. Vale, de acuerdo. Pero…¿nos dejan demostrarlo? A pesar de las diferencias abismales, la batalla salarial ha ganado en campos como Noruega y Finlandia donde la federación ha votado a favor del salario igualitario entre los jugadores profesionales masculinos y femeninos. Un camino que vamos recorriendo entre todos.

En lo deportivo nos va genial. Sin ir más lejos, la Selección Sub-17 femenina continuó con los éxitos. El combinado de Toña Is se coronó el pasado mes de mayo en Europa tras imponerse en la final de la Eurocopa a Alemania (0-2). Un doblete de Eva Navarro le daba a España su cuarto torneo continental en esta categoría, tras haberlo logrado en 2015, 2011 y 2010. En 2009 fueron subcampeonas, al igual que en 2014, 2016 y 2017. Un mes después, España finalizó su camino a la clasificación del Mundial femenino de Francia con pleno de victorias.

El fútbol femenino es el ejemplo que hay que seguir para poder igualar a hombres y mujeres. Sabemos que somos diferentes, pero queremos un mismo trato. No hay que llorar, pero sí reivindicar. Seguro que dentro de unos años, recordamos el pasado como eso, pasado.

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