Lo de las oposiciones lleva siendo una locura desde hace un par de años pero es que lo de este 2019 se lleva la palma. Han sacado más plazas en todos los puestos del funcionariado que en los últimos 6 años, en algunos departamentos 10, y eso ha creado una auténtica avalancha de postulantes, además de oportunidades, por supuesto.
Podría haber sido yo la primera en intentarlo ya que trabajar en educación para el Estado, suele ser una maravilla puesto que sigues con tu vocación con la seguridad de tener un trabajo para toda la vida hasta la jubilación, o al menos eso parece a priori. Sin embargo he de reconocer que estoy demasiado cómoda trabajando donde lo hago y eso ha provocado que el hecho de pensar en ponerme a estudiar para cambiar de empleo, o más bien de lugar de empleo, se me haga cuesta arriba.
Ahora bien, eso no impide que no sea consciente de todo lo que está pasando. A mi alrededor, cuatro personas han metido ya la cabeza en el funcionariado, una con plaza a la primera que no es moco de pavo.
Por un lado tenemos a mi prima, quien se preparó a conciencia las oposiciones de justicia y, como no son de concurso, al sacar una buena nota en el examen (más de un 9) ha conseguido plaza a la primera. Por otro lado tenemos a Esther, una amiga que, sin plaza, pero ha metido cabeza en correos y lleva trabajando ya varios meses como cartera. También está mi amiga Raquel, que tras varios años intentando entrar en la administración del Estado, la han llamado de la bolsa para cubrir un puesto en la Universidad de Alicante. Y por último otra amiga, quien acaba de ser mamá y ha tenido que bloquearse en bolsa para que no la llamaran para trabajar de celador, ya que le era imposible por ahora.
Todo eso no indica que cualquiera puede conseguir ahora trabajar en el funcionariado español, ni mucho menos, pero sí indica que, por fin, todo se está moviendo y, si te curras los exámenes y te preparas bien, tienes posibilidades, cosa que antes era prácticamente imposible.
Debido a esto, he leído en varios medios de comunicación, que las academias de preparación de oposiciones, de todo tipo, están colapsadas y por eso, mi hermana, ha decido prepararse vía online con Oposiciones Age. Esto me ha hecho pensar en la formación online y en cómo ese es el único medio para muchas personas para poder formarse en lo que realmente quieren. Y no es que lo vea mal, ni mucho menos, es que me entristece que el ritmo de vida y la economía que hay ahora en nuestro país nos obligue a tener que hacer las cosas a distancia. En un mundo ideal, todos tendríamos tiempo de trabajar y de acudir a clases de algo si quisiéramos, pero claro… ese no es un mundo ideal.
El horario español
No obstante, parte de culpa de todo este estrés, lo tiene nuestro horario español. Si comparamos nuestro horario de trabajo con el de otros países comprobamos que hacemos las cosas bastante mal. En Suiza, por ejemplo, todo el mundo que trabaja en fábrica su oficinas acaba su jornada, como mucho, a las 18:00 de la tarde, y eso los menos afortunados porque los más afortunadas acaban incluso antes.
Los comercios permanecen abiertos, como muy tarde, hasta las 20:00, para que todos tengan oportunidad de comprar aquello que necesitan, pero solo hasta esa hora, pues los dependientes y trabajadores en puestos de atención al cliente también tienen derecho a su tiempo libre. De hecho, muchos comercios cierran antes de las 20:00, pues a esta esa hora se quedan solo los que más alargan la jornada.
¿Aquí qué es lo que hacemos exactamente? En verano, quienes trabajan en grandes superficies o centros comerciales trabajan hasta las 23:00 pues el turista tiene que tener tiempo de ir a visitar la cultura de la ciudad, comer, ir a la playa, ir a casa a cambiarse y luego salir a comprar. ¿Por qué permitimos tanto? En España, de normal, un Carrefour cierra las 22:00 de la noche y en verano la media son las 23:00, pero hay algunos que están hasta las 24:00. En España, la jornada laboral acaba a las 20:00 o las 21:00 para la inmensa mayoría y solo unos pocos afortunados acaban antes. Para colmo, muchas de esas jornadas laborales son partidas por lo que el tiempo libre y personal queda en un segundo plano y, además, en España, se trabajan los domingos. ¿Cuándo van a pensar un poco más en nosotros, en nuestra calidad de vida, y menos en la de quien viene de fuera o de quien tiene tanto en el bolsillo que no necesita este tipo de trabajos? Yo me considero afortunada, muy afortunada, pero no me extraña que el resto de españoles busque un trabajo en el funcionariado español para tener unos horarios y salarios más o menos justos, ya que en el sector privado, se permite hacer lo que sea…