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De aromaterapia y olores personales va la cosa

Creo que todos tenemos esa amiga esotérica  a la que le gusta todo lo energético y misterioso, desde el tarot y el tantra hasta el tradicional horóscopo. En mi caso, como soy muy avariciosa, tengo dos amigas de ese estilo y encima a cada una le ha dado por una cosa diferente.

Podríamos decir que Laura es la más filosófica de las dos, le encanta la lectura, aprender nuevas técnicas y debatir sobre el mundo. Adora el yoga, viajar y colaborar en ONG´s, pero su principal rareza es que se cree todo lo que digan las revistas sobre los horóscopos, lo cual me hace mucha gracia porque yo, que trabajé un tiempo para un periódico, sé que los redactores se inventan la predicción del día según les viene la inspiración.

La otra, Sara, está totalmente descentrada y lo mismo le da por una cosa que por otra. El año pasado, sin ir más lejos, fue a un curso de Maite Domenech como invitada, y le sorprendió tanto el tema del tantra, que luego se pasó todo el año hablando de eso e investigando en Internet todo lo relacionado con esa práctica energética. Se echó hasta novio, un poco loco estaba por cierto, y practicaban tantra sexual, pero lo preocupante no es que lo practicaran, lo preocupante es que te lo contaban con pelos y señales.

Ahora, a la susodicha, le ha dado por la terapia de olores. Según ella, y los cursos a los que va últimamente, cada persona huele de un modo diferente y podemos conocerla por su aroma, e incluso cambiar nuestro estado de ánimo usando un perfume u otro diferente. Se ve que al romper con el novio tántrico se ha buscado otro hobby.

El caso es que el fin de semana pasado, que no teníamos plan, se empeñó en hacer una quedada en casa para crear perfumes. Dijo que nos daría una charla, a Laura y a mí, para que aprendamos lo básico, y luego crearíamos perfumes con material adquirido en Internet

La base de la aromaterapia es aprovechar las propiedades de los aceites esenciales extraídos de las plantas aromáticas para restablecer el equilibrio y armonía del cuerpo y de la mente en beneficio de nuestra salud y belleza. O al menos esa era la teoría que yo resumo en dos líneas y ella tardó en explicar más de una hora.

La experiencia

Nos pusimos manos a la obra, y yo empecé a mezclar cosas en un botecito de cristal monísimo que me había comprado en un bazar chino para la ocasión porque, según Sara, no se pueden hacer las mezclas en nada poroso y el cristal es lo mejor. Primero el aceite, luego la base del perfume, luego unas gotas de este aroma que huele tan bien y después de ese otro que ha puesto Laura, que tiene muy buen gusto y seguro que queda de miedo… Resultado: Eau de Pedo a la Merdé. Aquello olía a cuando te tiras una bufa de esas silenciosas, que son las que más daño hacen, y vas un poco estreñida, por lo que sale todo el olor concentrado. Horrible, y como soy tan mala, pensé que lo mejor que podía hacer era impregnar un clínex con esa maravillosa mezcla y dársela a oler a Sara.

“Mira, mira que bien huele”; le dije…. Y la pobre, inocente, vino toda contenta a oler mi creación apestosa. Aspiró tan fuerte para inhalar bien la fragancia que cuando su sentido del olfato notó aquel hedor se llevó el susto de su vida, retrocediendo hacia atrás como si estuviera viendo al mismísimo diablo y gritando con cara de posesa un “¿Qué asco macho!”. Yo, para justificarme, le expliqué que ese era mi olor corporal mis días estomacales difíciles, y creo que no le hizo mucha gracia porque me miró con cara de póker y me dijo que probara con otra mezcla diferente.

Yo no lo entiendo muy bien, ¿no se supone que los olores corporales de cada uno muestran nuestro estado de ánimo y pueden conocernos a través de ellos? Pues yo, cuando estoy cabrita y cago bolitas, dejo un aroma muy similar en el baño, así que ese es el olor corporal perfecto para conocer una de mis facetas ¿O no?

Mi siguiente creación tuvo mucho más éxito… según se mire, porque oler olía bien pero era una fragancia tan común que habría dado lo mismo olérsela a Angelina Jolie que a mi abuela. “Es una fragancia fresca, floral” me dijo Sara, y yo pensé que era una aburrida y que la otra tenía muchísima más personalidad. De hecho, estoy segura de que sería la única persona oliendo a ese perfume en un radio de 5 kilómetros como mínimo, a no ser que pillemos a alguien justo en el baño, claro está.

Definitivamente lo mío no fue hacer perfumes, pero igual si pruebo alguna mezcla más, encuentro la clave del éxito para crear olores malolientes y me gano una pasta con los fetichistas… siempre hay que ver las cosas desde el lado más positivo ¿O no?

Mientras tanto, y teniendo en cuenta que yo no soy de comprar perfumes caros pero adoro ciertos aromas, me he hecho fan de las fragancias de equivalencia de La Señora Borde. Me encantan como huelen y además son súper divertidas para hacer un regalo original. Prefiero comprarlas a crearlas, definitivamente.

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